Humanismo. Enfoque Centrado en la Persona

Enfoque Centrado en la Persona

El Enfoque Centrado en la Persona (ECP) es un enfoque teórico, que parte de la idea que el individuo tiene la capacidad suficiente para manejar en forma constructiva todos los aspectos de su vida y decidir sobre su futuro, ya que en todo ser humano hay una tendencia natural a la actualización, esto es, al desarrollo de sus capacidades, a la superación constante y a ser consciente de los sentimientos que experimenta en el aquí y en el ahora.

La base de este enfoque es “conversacional”, es decir, orientador y usuario establecen comunicación verbal, sin embargo no se trata de una conversación común, pues el Psicólogo a cargo buscará que el paciente aprenda a escucharse a sí mismo de una forma profunda a medida que desarrolla mayor autoconciencia, autoconocimiento, autodeterminación y autoestima. También que la persona pueda tomar decisiones, y sea consciente de cómo sus conductas, ideas, creencias, recursos o limitaciones influyen en los otros y en su vida.

Este tipo de terapia ofrece un espacio seguro y confortable, donde la persona no será juzgada y por el contrario podrá sentirse escuchada y abierta a aprender sobre sí misma, ya que las respuestas que obtendrá por parte del psicólogo serán de total respeto, siempre teniendo una actitud de congruencia, empatía y aceptación positiva incondicional, obteniendo una relación efectiva de trabajo y colaboración con el usuario.

Técnicas utilizadas en el Enfoque Centrado en la Persona

El psicólogo que trabaja con este enfoque suele utilizar técnicas o métodos de intervención como son el parafraseo y reflejos con los que adopta un rol simbólico de “espejo” frente al usuario, manteniendo en todo momento tres principales actitudes:

  1. Aceptación Positiva Incondicional. El Psicólogo no juzgará al cliente por las decisiones que toma ni lo rechazará por sus características personales, por el contrario, mantendrá sentimientos positivos en el vínculo terapéutico, para que éste sea un medio de aprendizaje y desarrollo.
  2. Empatía. El Psicólogo Humanista tendrá  un interés genuino y constante por comprender el marco de referencia experiencial del usuario para identificar y mirar dentro de su contexto personal, los sentimientos, creencias, conductas, decisiones y relaciones que establezca el cliente.
  3. Ingenuidad. El Psicólogo no presupondrá nada sobre el usuario para evitar juicios o perspectivas que se alejen del contexto particular del cliente, por lo que el Psicólogo se mantendrá abierto a conocer y comprender al usuario.

Beneficios del Enfoque Centrado en la Persona.

  • Brinda la oportunidad a la persona de trabajar en el autoconocimiento, es decir, de ser ella misma, de dejarse ser y sentir, de conocerse más y mejor, de aceptar sus debilidades y fortalezas, alegrías y tristezas, sin llegar a juzgarlas.
  • La persona desarrolla sus propios principios, planes y metas a futuro, así como los medios, estrategias y acciones necesarias para conse­guir sus logros.
  • Proporciona las herramientas para que sea la propia persona quien genere un cambio, a través de los recursos que ya tiene.
  • Emplea actividades que favorecen nuevas experiencias y desarrollan la creatividad, logrando cambios en la percepción y aceptación de uno mismo.
  • Explora, identifica y busca hacer contacto con las emociones, además de desarrollar la capacidad de expresarlas.